19/06/2023
Las piedras, sobre todo las denominadas preciosas, tienen fama de atraer la buena suerte. De hecho, se han convertido en un artículo habitual en algunas tiendas, donde se venden como amuletos. De tal forma se enaltecen sus propiedades y se resaltan cuáles son las más beneficiosas. Si quieres atraer la fortuna en algún campo, como el amor o el trabajo, seguro que te venderán una piedra o cristal específico para ello.
Sin embargo, ¿es esto solo un mito? ¿Se trata simplemente de tradición? ¿Tal vez sea solo un negocio en auge en los últimos años? Para averiguarlo es necesario recurrir a la ciencia. Esto es lo que dicen los estudios científicos al respecto.
Las piedras de la suerte
GEMAS – FOTO PIXABAY
¿De qué piedras hablamos cuando nos referimos a las piedras de la suerte? Las más habituales son el rubí, el ágata, el jade verde, la esmeralda, la amatista, el cuarzo y la pirita. El rubí tiene fama de dar suerte en el amor. El ágata sirve tanto para lo sentimental como lo económico. El jade verde llama a la prosperidad, tanto personal como familiar. Los cuarzos alejan las energías negativas, sobre todo, el cuarzo rosa. La esmeralda cura la envidia. La amatista disminuye los síntomas de la menopausia. Y si quieres atraer el dinero, nada como la pirita. O esto es lo que se dice.
Incluso hay quien habla de piedras y cristales que alejan el estrés o que tienen propiedades curativas. Tanto es así que en el mercado hallarás numerosos libros sobre gemoterapia, cristaloterapia y otras disciplinas que afirman curar enfermedades con las piedras.
Esto es lo que aseguran los defensores del uso de las piedras y los cristales para estas prácticas. Pero ¿qué hay de cierto en todo ello? ¿Tienen estas aseveraciones alguna fase científica o es simple superstición? ¿Estamos ante una variedad de pseudociencia que ha ido creciendo durante los últimos años?
Piedras y propiedades curativas
Comenzamos con las piedras y sus propiedades curativas. La ciencia no deja lugar a dudas al respecto. Son falsas. Ni cristales ni piedras tienen poder curativo alguno. No pueden curar ninguna enfermedad. Y no existe publicación científica que corrobore la idea de que las piedras curan.
El efecto placebo de cristales y piedras
Algunas personas aseguran que la cristaloterapia o gemoterapia les ha curado una enfermedad. Defienden así esas pseudoterapias con piedras para la curación de determinados males. Otras cuentan que llevan consigo un amuleto de pirita, el cual contribuye a que todos los negocios les salgan bien. Y hay quien atestigua que, desde que ha colocado una gran piedra de jade verde en su casa, la suerte de su familia ha crecido.
Lo cierto es que no hay nada científico en ello. Realmente, cuando de estos temas se habla, lo que detecta la ciencia es algo muy simple: el efecto placebo. Así lo afirman estudios como el presentado en la British Psychological Society Centenary Annual Conference en Glasgow en el año 2001. En este estudio del profesor Christopher C. French, de la Universidad de Londres, se determinó cómo la manipulación de piedras y cristales solo provoca la autosugestión de las personas.
Para llevarlo a efecto se entregó a 40 participantes un trozo de cuarzo sin decirles lo que era y, a otros 40, un trozo de vidrio diciéndoles que era cuarzo. Se les pidió luego que meditaran con él entre las manos durante cinco minutos. Los resultados no dejaron lugar a dudas. Aquellos que creían que habían tenido cuarzo en las manos hablaban del calor que emanaba de sus palmas y la creciente sensación de bienestar que sentían. Daba igual qué piedra o cristal fuera, lo importante era lo que ellos creían. Su mente hacía el resto. Con este estudio, que fue presentado pero no publicado, se comprobó así el efecto placebo de las piedras.
Situación actual
En la actualidad, no hay estudios científicos que avalen el poder de las piedras, así que, como mucho, únicamente se les puede atribuir un efecto placebo. Lo que sí hay detrás es todo un negocio. Se estima que, en el 2019, el mercado minorista de cristales y piedras movió más de 1.000 millones de dólares. Los principales productores son Brasil, India, China y Madagascar. En este último país, las minas de las que se extraen son inseguras, con condiciones de trabajo deplorables y familias enteras cavando con palas por unos centavos.
Así que, si quieres tener piedras o cristales, los especialistas concluyen que no hay ningún problema siempre y cuando no se abandonen los tratamientos médicos ni se conviertan en una obsesión o creen comportamientos dependientes. En todo caso, si adquieres alguna de ellas, asegúrate de comprobar de dónde proceden y cuál es su forma de extracción y producción para adquirirlas con un consumo responsable que no incremente la explotación laboral en lugares como Madagascar.