GALLETAS AYURVEDICAS DIGESTIVAS

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La salud siempre ha sido muy importante en mi vida…ahora la apreciamos más que nunca. Mantenernos sanos es nuestra responsabilidad.Una parte importante de basa en nuestra alimentación.Hoy os sugiero unas galletas digestivas, para dejar a un lado las versiones industriales menos recomendable.Están preparadas según la tradición ayurvedica. Los ingredientes son harina de amaranto o avena (1 taza), ya que son las más digestivas, también harina de almendras (1/2 taza), aceite de coco ( 3 cucharadas), azúcar moreno  o «jaggery» (dos cucharadas) y especialmente importante son las especias. Yo he mezclado anís, cilantro, jengibre, cúrcuma, asofetida, sal marina y comino (una cucharadita de cada una, tostarlas juntas antes de añadir a la masa). Precalentar el horno a 170º, mezclar los ingredientes añadiendo un poco de agua, hacer una masa, formar las galletas mediante bolas aplastadas,podes decorarlas poner en una bandeja de horno sobre un papel absorbente y hornear por 20 minutos….Dejar enfriar antes de separar de la bandeja de horno. Poner en un sitio oscuro y seco (recomiendo una caja de lata), podes disfrutar su crujiente durante unos cuatro días….

La receta es de @jasminehemsley de su libro «East by West»… Ricas y saludables…!

«Food is a gift of the whole universe: the Earth, the sky, the rain and the sun»

Thich Nhat Han

PIRITA «EL ORO DE LOS TONTO»

 

ACTUALIZADA LUNES, 20 DE ABRIL DE 2020 A LAS 18:50:15 HORAS

Lunes, 02 de Julio de 2018

Geología

El oro de los tontos

La pirita es uno de los minerales más abundantes de la corteza terrestre. Es un sulfuro de hierro que contiene un 46,4% de hierro y un 53,6% de azufre. Es un mineral pesado y con una dureza considerable que no se exfolia. Su color es gris o amarillo latón y posee un brillo metálico intenso. Fue precisamente su color dorado y su brillo intenso lo que hizo que gente inexperta la confundiese con el oro. Además de ser mucho más dura que éste, la pirita se altera fácilmente en contacto con el aire y en ambientes húmedos, algo que no sucede con el oro.

En la Edad Media, los árabes llamaban marcasita a la pirita, ya que su aspecto es muy similar. Hoy en día la marcasita designa al mineral que tiene la composición química de la pirita pero con estructura rómbica. Aunque se conocen más de 60 formas cristalinas diferentes en la pirita, el cubo y el dodecaedro pentagonal (piritoedro) son las más frecuentes. El nombre de la pirita deriva del vocablo griego que significa fuego, por su capacidad para generar chispas al ser golpeada con fuerza. Muchos arqueólogos piensan que los neandertales y otros homínidos primitivos golpeaban piezas de sílex con trozos de pirita para crear las chispas que provocaban el fuego. Este mineral ha aparecido en los restos arqueológicos de antiguos hogares, lugares clave en la vida diaria de los humanos desde hace al menos 400.000 años.

De algún modo, la pirita podría considerarse uno de los pilares sobre los que se asienta nuestra cultura. Estos antiguos hogares no solo permitían desarrollar ciertas técnicas, como la cocina, sino que también desempeñaban un papel importante en la vida social. La agrupación diaria en torno al fuego, las historias contadas y las canciones tarareadas al calor del hogar pudieron haber influido en la evolución de un lenguaje simple a uno complejo, que involucra conceptos abstractos. Por otra parte, estas actividades grupales y rituales asociadas con el hogar también podrían haber estimulado el desarrollo de las artes. Los primeros artistas rupestres utilizaron el carbón negro de las fogatas con los ocres y rojos de obtenidos de la oxidación de la pirita a la intemperie.

La pirita se forma en ambientes muy variados: sedimentarios, hidrotermales, metamórficos, ígneos, magmáticos, etc. En ocasiones algunos fósiles son piritizados; esto sucede cuando un organismo se descompone en condiciones anaerobias, produciéndose ácido sulfhídrico, que al reaccionar con las sales de hierro presentes en el agua, da lugar a la formación de pirita, la cual sustituye a la materia de origen orgánico.

Una de las formas más comunes de la pirita en la naturaleza son los agregados esféricos de microcristales, que se conocen como framboides ya que recuerdan a pequeñas frambuesas. Como curiosidad podemos citar la formación de framboides de pirita en libros de los siglos XVI y XVII, un hallazgo de Javier García Guinea, geólogo del MNCN, y Luis Zamora, encuadernador del Archivo Histórico Nacional (España). Dentro de los libros antiguos había un polvo negro en el que encontraron distintos minerales, que se añadían a la tinta antigua para darle brillo, junto con pirita que en la naturaleza no está asociada a estos minerales porque se oxida rápidamente. Comprobaron que la pirita no era un aditivo de la tinta, sino que se había formado dentro de los libros. En los libros antiguos con podredumbre existía un ecosistema húmedo y pobre en oxígeno, en el que abundaban los hongos, las esporas y las bacterias. Estas últimas transformaron el sulfato de hierro, componente esencial de la tinta antigua, en sulfuro de hierro (pirita), lo que unido a las variaciones de humedad en el Archivo dio lugar a los framboides.

Distintas civilizaciones como la griega, la romana y la precolombina han utilizado la pirita en joyería y decoración. Más allá de su uso ornamental y del interés que despierta en el mundo del coleccionismo, este mineral se ha utilizado ampliamente en la industria moderna para la producción de ácido sulfúrico, el compuesto químico más fabricado en el planeta y que mide la capacidad industrial de los países. También tiene interés áreas fronterizas de la ciencia y la tecnología, como la nanotecnología y la conversión de energía.

La pirita es conocida en la Rioja desde hace siglos, pero el yacimiento de Navajún no fue descubierto hasta 1965. De allí proceden los mejores cristales de pirita del mundo, unos cubos que llaman la atención por su gran tamaño, su brillo y la suavidad de sus caras. También son muy famosos los yacimientos de Rio Tinto en la provincia de Huelva, explotados desde la antigüedad, donde se encuentran las mayores concentraciones de pirita conocidas.

El Museo conserva una importante colección de piritas procedentes de distintos yacimientos de la geografía ibérica, algunos de ellos colectados por importantes geólogos como Lucas Fernández Navarro, Salvador Calderón, etc. También reúne ejemplares históricos como los colectados en Chile y Perú durante la expedición de los hermanos Heuland (1795-1800), o algunos que formaron parte del gabinete de curiosidades del médico segoviano Pedro González de Velasco que en 1875 fundó el Museo de Antropología.

Actualmente, un equipo de geólogos del Museo estudia la colección histórica de piritas para rastrear la presencia el talio, un metal pesado extremadamente tóxico que aparece en altas concentraciones en algunos ambientes asociados con minerales de sulfuro. (Fuente: MNCN/DICYT).

                         PIRITA - EL ORO DE LOS TONTOS

Esfera formada por cuarzo y microtubos de pirita que se encuentran en las pizarras de Almadén (Ciudad Real). Jardín de Piedras del MNCN. (Foto: Jesús Juez)

 

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MINERALES ESTRATÉGICOS

MINERALES ESTRATÉGICOS

 Proyecto del CSIC

Residuos de una vieja mina de Galicia convertidos en oro negro tecnológico

  • ÁNGEL DÍAZ

Madrid Jueves, 13 febrero 2020 –

Investigadores españoles desarrollan un nuevo método para obtener niobio y tántalo, fundamentales en los móviles y otros dispositivos, a partir de un yacimiento abandonado en Orense.

La nueva economía de un mundo enganchado a la tecnología dependerá cada vez menos del petróleo y los recursos fósiles, pero más de otros compuestos igualmente costosos y difíciles de hallar en la mayor parte del globo, incluida Europa. Uno de ellos es el coltán, del que se extraen dos elementos hoy fundamentales: el niobio y el tántalo.

La sorpresa es que, gracias a un nuevo método desarrollado en España, van a poder obtenerse millones de toneladas de estos valiosos materiales a partir de la antigua mina gallega de Penouta. Situada en la aldea de Viana do Bolo (Orense), fue explotada por primera vez en tiempos del Imperio Romano y abandonada en 1982, cuando la última empresa que la gestionó, Rumasa, dio por concluida la extracción de estaño.

«Si se explota adecuadamente, puede ser el mayor yacimiento de Europa de este tipo de minerales», prevé Félix Antonio López, científico del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM), adscrito al CSIC. Las balsas de residuos abandonadas hace casi cuatro décadas contienen materiales de los que, a través de sucesivos procesos, se acaba obteniendo tres productos finales: estaño, tántalo y niobio, a cual más valioso que el anterior.

Los dos últimos, además, son elementos que la Unión Europea ha reconocido como estratégicos para su futuro. «Son materias críticas porque dependemos de ellas y no tenemos en Europa», explica López, a punto de enfundarse en sus ropas protectoras para llevar a cabo el proceso de fundición con el que se obtienen los preciados materiales. «Se corre el riesgo de pasar de una dependencia del crudo a una dependencia de estos metales, en la que países ajenos podrían imponer precios y estándares de negocio», añade.

Tanto el niobio, que se usa para fabricar aceros de gran calidad con múltiples aplicaciones, como el tántalo, fundamental para los móviles y otros muchos dispositivos electrónicos, se obtienen habitualmente a partir del coltán (col viene de columbita tan, de tantalita, compuestos de los que se extrae, respectivamente, el niobio y el tántalo).

Este mineral se encuentra en abundancia en países como Brasil, Australia, China o Congo. Pero, al hecho de que se reúnan en tan pocas manos elementos básicos para la economía mundial, se suman cuestiones ambientales y de derechos humanos.

En los países amazónicos, la extracción de coltán impacta negativamente sobre la selva, mientras que el Congo, de donde procede el llamado coltán de sangre, ha sufrido graves problemas de explotación laboral e infantil.

China, por su parte, está acaparando gran parte del mercado: «Allá donde hay coltán, se lo lleva», indica López, quien advierte que, en este país, «las condiciones medioambientales no son muy exigentes». Por estos motivos, «todo lo que sea evitar esa dependencia, es bienvenido».

En el CENIM, el método para obtener niobio y tántalo apenas genera el calor necesario para calentar durante unos instantes, mientras sale el material fundido del horno, el «edificio singular protegido» donde se realiza el proceso, en el que no está permitido instalar calefacción o aire acondicionado por cuestiones de integridad arquitectónica. «Te acabas acostumbrando», comentan, con cierta resignación, quienes allí trabajan.

«No tienes que importarlo de países lejanos donde hay problemas de respeto a los derechos humanos y evitas también la dependencia económica de China», resume, por su parte, Olga Rodríguez Largo, investigadora posdoctoral del CENIM. La Comisión Europea ha mostrado su apoyo al proyecto financiándolo durante los dos últimos años a través de fondos Feder.

LO MÁS VALIOSO, LA ESCORIA

La empresa Strategic Minerals, con sede en Madrid, ha financiado el proyecto desde el principio y gestiona la mina Penouta. Allí arranca el proceso de obtención del nuevo oro negro tecnológico. La compañía privada procesa los residuos obtenidos de la escombrera de la minería y envía el resultado, un polvo negro brillante llamado columbo-tantalita, a la sede del CENIM.

«Esto lo mezclamos con una serie de adititivos, lo fundimos a una temperatura de 1.200 ºC y, de esa fusión, obtenemos un lingote de estaño», detalla López. «En la escoria que se produce, mediante un procedimiento a muy pequeña escala, separamos el niobio y el tántalo».

En este caso, por tanto, lo más valioso es la «escoria», una capa que rodea al estaño cuando sale del horno de fundición y de la que, tras sucesivos filtrados en un laboratorio contiguo, se obtienen los dos preciados elementos. Se trata, advierten los investigadores, de un proceso de «economía circular», ya que todo parte de unos viejos residuos mineros y nada se desperdicia.

«Lo estás obteniendo de un residuo, no necesitas volver a la mina y hacer todos los procesos, que son muy contaminantes y también muy costosos», aclara Rodríguez Largo. El estaño resultante tiene una pureza del 95%; el niobio, de un 97%; y el tántalo de un 99%. Esa será, confían en el CENIM, la gran baza frente a los materiales provenientes de China. «La calidad es la única forma en que podemos ser más competitivos», admite López.

El proceso, cuyos detalles se publicarán en breve en una revista científica, está a punto de pasar a su fase preindustrial, tras la cual se estima que la mina podría funcionar durante 35 o 40 años. No está mal para un filón que ya empezaron a esquilmar los romanos.

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VISTA DE LA MINA SITUADA EN PENOUTA (ORENSE). STRATEGIC MINERALS.